Cada especie presenta sus peculiaridades, y lo que más influye en la calidad de la piel es la curtición que recibe. Los franceses han llegado a convertirse en el número uno de este tipo de curtición, a la que son capaces de dar una flexibilidad y acabado excelente.
Trabajar este tipo de pieles requiere una técnica especifica, pues antes de comenzar a trabajar las piezas, hay que romper la fibra con un poco de humedad , enrollándola y desenrollandola entre las manos, tanto de una cara como de otra, con el fin de que adquiera flexibilidad.
Si la curtición es buena, la escama no saltará, aun así hay que comprobar que esto no ocurra durante este proceso.
El pasador de esta correa, se ha hecho dobladillado, para que no se vea el canto, esto hay que hacerlo con prensa, para conseguir doblegar la piel. Podemos ver también la correa antigua del cliente, que se la hice hace algunos años en cocodrilo neonato.
Correas terminadas, una en barriga de lagarto, y la otra en shell Cordovan con un cierre deployante.
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