Un día apareció por el taller una restauradora/decoradora , con la idea de forrar un ascensor en piel, pero no como se hace habitualmente, tapizado.
Debía quedar plano y algo rústico, ya que se trata de un ascensor situado en un cortijo Sevillano restaurado.
Para ello cortamos planchas del tamaño máximo que la piel nos daba, comenzamos por forrar los apliques de acero , y posteriormente colocamos las planchas.
Nos encontramos con una dificultad añadida, el pegamento se reactiva con el calor y por tanto podría darnos problemas a la larga, debido al calor de las luces y de la maquinaría. Asi que lo pegamos con almidón, que solo se reactiva al agua.
Este fue el resultado.
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